POSADA LOS CANTAROS
Bienvenidos a la Posada Los Cántaros, sin duda el alojamiento rural que buscaba, romántico, íntimo, diferente y muy especial. Me encuentro situada al sur de nuestra Andalucía, en la provincia de Málaga, un lugar tranquilo y acogedor que no le dejará indiferente por mi personalizada decoración, las maravillosas vistas panorámicas, el entrañable trato familiar por parte de mis dueños y por la tranquilidad y el silencio que me rodea.
Soy el resultado de un proyecto que durante años ha ilusionado a mis dueños: Pátrick y Emma, él belga y ella malagueña. Cuando me compraron era un antiguo cortijo de finales del siglo XIX, resignado al olvido y deterioro, pero hoy he sido rehabilitado como alojamiento rural de encanto.
Una mezcla de ideas y de nacionalidades, pero un proyecto en común, crear algo como yo, un precioso lugar de turismo rural para ofrecer a sus huéspedes un romántico rincón lleno de encanto.
Tengo un gran reto ante mi, intentar describirme para que me conozcan. Puedo hablar de mis paredes de piedras mis habitaciones abuhardilladas, mis techos con artesonado de madera, mis suelos de barro artesanal, mi chimenea, gran terraza, piscina, jardines, etc. Pero, ¿como describir lo que se percibe con los sentidos?, porque para mí es lo que nos diferencia de los demás.
Mis dueños me miman porque es la forma de mimar a sus huéspedes y despertar sus sentidos.
La vista: Por mi armonía en la decoración, cuidado de los detalles y por las maravillosas vistas panorámicas a la Sierra de las Nieves.
El olfato: Por los aromas de las habitaciones y de toda la casa cuando al anochecer mi dueña llena de velas todas mis instalaciones con esos toques discretos de incienso.
El oido: que mejor que oir el silencio, los pájaros y si se desea una música ambiental
El gusto: Cuando llega el momento de las cenas llenas de romanticismo, no solo por las flores y las velas con las que adornan mis mesas sino por la preparación de los platos que van a degustar, llenos de toques románticos y preparados con todo el cariño de mi dueño, Patrick.
